¿Se pueden perder las fotos de una tarjeta de memoria?

Ayer, mientras estaba sacando fotos, me pasó algo que me hizo reflexionar: un importador importante de China en Uruguay me preguntó
“¿Nunca tuviste problemas con las tarjetas de memoria y perder material?”
La respuesta es clara: en más de 25 años como fotógrafo, nunca perdí un trabajo por culpa de una tarjeta de memoria. Y no creo que sea suerte, sino la forma en que manejo algo que puede arruinar un trabajo completo.
Cómo hago para que nunca pase
- Uso marcas de confianza: desde hace años trabajo con tarjetas Lexar, que además tienen garantía extendida.
- Renuevo con frecuencia: aunque no es obligatorio, prefiero cambiarlas una vez al año. Es más un hábito que una necesidad, como con los flashes.
- Siempre pruebo antes de usarlas: incluso las nuevas, no las pongo directo en un evento sin testearlas antes.
- No ahorro en lo importante: tanto en tarjetas como en lectores de memoria, lo barato termina saliendo caro.
Lo que vi en otros colegas
Conozco fotógrafos reconocidos que han tenido problemas serios en eventos empresariales por culpa de tarjetas defectuosas. Incluso principiantes que me consultaron al perder fotos, y muchas veces descubrimos que el problema estaba en el lector o en productos truchos.
Precaución antes que lamento
Por eso digo siempre: no es suerte, es precaución. Invertir en buenos equipos, ser cuidadoso y no subestimar un accesorio tan pequeño puede marcar la diferencia entre cumplir o fallar en un trabajo.
Después de tantos años, valoro poder decir que nunca me pasó. Esa tranquilidad es parte de lo que hace que cada sesión sea un trabajo seguro y confiable.