¿Justificar el texto o no? La diferencia entre el estilo periodístico clásico y la estética digital moderna

En los cursos de redacción periodística es habitual encontrarse con textos maquetados de manera clásica: columnas estrechas, alineación justificada a ambos lados y cortes de palabras cuidadosamente controlados. Este formato responde a una tradición que ha definido la prensa escrita durante décadas. Uno de los grandes maestros en esa escuela es Paco Herranz, considerado por muchos como el máximo referente mundial en periodismo y un profesional cuya biografía y trayectoria hablan por sí solas.
Pero lo que funciona en prensa escrita no necesariamente funciona en la web. Y este es un punto clave para quienes escriben contenidos digitales hoy.
La justificación total: un estándar que viene del papel
En periódicos impresos, la justificación total tiene sentido por varios motivos:
- Las columnas son angostas y requieren equilibrio visual.
- La tipografía se controla con precisión milimétrica.
- Se evitan ríos de blancos mediante normas estrictas de partición.
- El lector espera ese formato porque lo asocia al periodismo tradicional.
Por eso, cuando un maestro como Paco Herranz utiliza justificación total en un ejercicio o en un curso, no es un error: es una forma de enseñar la estructura y el ritmo propios de la prensa escrita.
El problema aparece cuando pensamos que lo que funciona en papel obligatoriamente debe funcionar en la web.
El lector digital no lee igual que el lector de periódico
La estética digital avanza en la dirección opuesta. Hoy, los principales medios digitales del mundo —The New York Times, BBC, El País, Washington Post, Infobae— utilizan:
- Alineación a la izquierda
- Interlineado más amplio
- Párrafos más cortos
- Ausencia de cortes de palabra
¿Por qué? Porque en pantallas:
- La justificación total rompe palabras, generando guiones innecesarios.
- Se forman ríos verticales de espacios que distraen.
- El texto se ve rígido, poco natural.
- Es más difícil mantener la fluidez visual en dispositivos móviles.
La prioridad en web es la legibilidad, no la simetría.
El estilo clásico no está mal: simplemente es otra lógica
Es importante remarcarlo:
El estilo que enseña Paco Herranz no es incorrecto. Todo lo contrario. Es parte de una tradición profesional que estructura y disciplina la escritura periodística.
Lo que sucede es que la web moderna no tiene por qué reproducir la maquetación del papel, y muchas veces hacerlo perjudica la lectura en digital.
El hecho de que uno de los mejores periodistas del mundo utilice un formato tradicional en un contexto de enseñanza no implica que ese formato sea obligatorio para publicaciones online.
¿Qué se recomienda para escribir en la web hoy?
Para blogs, portales de noticias, revistas digitales y sitios corporativos, la tendencia profesional es:
- Alineación izquierda
- Interlineado generoso
- Columnas amplias
- Evitar cortes de palabra
- Párrafos respirados
- Ritmo visual limpio y moderno
El resultado es una experiencia de lectura más cómoda, elegante y actual.
Un estilo moderno que convive con la tradición
En la prensa escrita tradicional, las columnas justificadas —alineadas a ambos lados, con palabras cuidadosamente cortadas— forman parte del ADN histórico del periodismo. Grandes referentes como Paco Herranz, con trayectoria en medios como El Mundo y El País, dominan ese estilo porque encaja de manera perfecta en el ecosistema visual de los periódicos impresos.
Pero cuando pasamos del papel a la pantalla, las reglas cambian. La lectura digital exige otros criterios de diseño, otra lógica y otra ergonomía visual. Y aunque justificar texto se puede, eso no significa necesariamente que sea lo mejor.
La estética periodística clásica no es un error: es otro contexto
En los diarios impresos:
- Las columnas son angostas.
- Las palabras se particionan con control editorial.
- El espaciado se ajusta manualmente.
- La vista del lector está acostumbrada a esa estética.
El objetivo del diseño en papel es la simetría visual, no la optimización de lectura rápida.
Por eso, cuando un gran maestro como Paco Herranz enseña redacción usando columnas justificadas, es totalmente correcto. Representa la tradición, no una imposición para la web.
Lo que cambia en la web: lectura rápida, pantallas variadas, accesibilidad
La lectura digital tiene sus propias reglas:
- El usuario escanea más que lee.
- La vista se fatiga antes en pantallas.
- Cada dispositivo muestra el texto de forma distinta.
- Los navegadores interpretan la justificación sin control fino.
Por eso, casi todos los medios digitales modernos eligen alineación izquierda.
¿Se puede justificar texto en la web? Sí.
¿Conviene? Depende.
Desde el punto de vista técnico, justificar texto en la web es simple: basta con un text-align: justify;.
El problema no es la técnica, sino el resultado final en distintos dispositivos.
Prueba personal: justificar sí puede verse bien, pero no siempre
He probado personalmente textos largos justificados en un iPhone 17 Pro Max, y el resultado era visualmente limpio: sin huecos exagerados, sin saltos raros y con un aspecto bastante profesional.
Esto confirma que justificar en la web no está prohibido ni es intrínsecamente malo.
Sin embargo, esta experiencia también muestra una realidad importante:
Que se vea bien en un dispositivo NO garantiza que se vea bien en todos.
En móviles más pequeños, tablets antiguas, pantallas comprimidas o navegadores con distinta interpretación tipográfica, pueden aparecer:
- Ríos de blancos
- Palabras mal espaciadas
- Saltos visuales
- Sensación de “texto rígido”
Es decir: se puede, pero el resultado no es uniforme.
Desventajas reales del texto justificado en la web
1. Espacios irregulares
El navegador estira las palabras para alinear ambos lados, generando huecos que distraen la lectura.
2. Mala adaptación a móviles pequeños
En un iPhone 17 Pro Max puede verse perfecto.
En un Android económico o una pantalla más angosta, puede verse mal.
3. Inconsistencias entre navegadores
Safari, Chrome y Firefox aplican reglas distintas.
Un mismo texto puede verse bien en uno y mal en otro.
4. Problemas de accesibilidad
Las WCAG recomiendan evitar la justificación porque dificulta la lectura a personas con:
- dislexia
- baja visión
- problemas cognitivos
- lectores de pantalla
5. Pérdida de control editorial
En papel, el diseñador controla microespaciados.
En web, esto no se puede ajustar manualmente.
¿Cuándo justificar puede funcionar bien?
A pesar de las limitaciones, justificar tiene lugares válidos:
• En fragmentos cortos
Frases destacadas, columnas breves o textos con pocas líneas.
• En diseños tipo revista o editoriales premium
Cuando la mayoría de usuarios entran desde pantallas grandes.
• En documentos PDF o revistas digitales descargables
Donde el diseño permanece fijo y el ancho de columna no cambia.
• Cuando la estética simétrica es más importante que la velocidad de lectura
Por ejemplo, en portfolios, libros digitales, presentaciones.
En artículos periodísticos de consumo masivo, en cambio, suele ser mejor evitarlo.
Recomendación profesional actual
Si el texto es largo, informativo y será visto mayormente en móviles: usar alineación izquierda.
Es lo que aplican:
- The New York Times
- El País
- El Mundo en su versión digital
- BBC
- The Guardian
- Infobae
No por moda, sino porque mejora la legibilidad y reduce la fatiga visual.
Preguntas y respuestas
¿Está mal justificar el texto en la web?
No. Simplemente no es lo más óptimo en la mayoría de los casos.
¿Por qué se ve bien en iPhone 17 Pro Max?
Porque las pantallas grandes ocultan las imperfecciones y distribuyen mejor el espaciado.
¿Por qué no es confiable en todos los dispositivos?
Porque cada navegador y cada ancho de pantalla interpreta el espaciado de manera distinta.
¿Es posible justificar sin perder calidad?
Sí, en columnas anchas, textos cortos y pantallas grandes.
Difícil en móviles pequeños.
¿Qué pasa si justifico un texto largo y lo leen desde un Android chico?
Aparecen ríos de espacios, líneas visualmente torcidas y pérdida de ritmo.
Entonces… ¿se puede?
Sí. Pero que se pueda no significa que sea la mejor opción para todos los lectores.




